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sábado, 11 de febrero de 2017

El sexo aficionado

¡Oh si querido lector! este escritor está preparado para hablar del un tema tabú entre la sociedad, no se confunda, no hablamos de la diferenciación sexual entre hombre XY y mujer XX, hablaremos de la cópula­-creo que he captado su atención.

No poseo pizca de experiencia para entrar de lleno al tema, sin embargo lo poco que conozco me pareció enigmático, cosas que aún no concibo pero según cuentan que es natural. Comprendo la parte en la cual todas las especies se aparean para un fin, la reproducción, eso me parece completamente natural, sin embargo no creo natural el sexo oral. No soy puritana en ese aspecto, el sexo resulta una cosa magnífica y atesorable para un ser humano, ama al sexo, es una descarga endemoniada de energía, pero siento pena por aquellos que miran al sexo literalmente, siento pena porque se jactan de que el placer es lo máximo, de que son capaces de llenarse de esa sensación mística y agradable, me apena en demasía. Ya que soy muy joven y poco instruida en el aspecto, quisiera saber lo suficiente para poder pensar como toda la gente, pero detrás del sexo descubrí algo más que el coctel de hormonas; no estaba equivocada al pensar que el sexo era una unión más entre dos cuerpos, que en él se hallaba un aura diferente, algo que no imaginas, algo que sigo sin comprender. Me resulta curioso que la experiencia no fue de lo más agradable, incluso puedo decir que fue dolorosa, un tanto asquerosa y nada satisfactoria, pero se convirtió en el momento más significativo en mi vida, los clichés de película desaparecieron y sentí un profundo sentimiento dentro, un revoloteo.


Yo creo que detrás del sexo, el hecho de mostrar tu intimidad es un paso más para el amor a ti mismo, que ese momento en el que puedes dejarte ver sin ningún moldeo de la cintura o “la moda que te acomoda”, es un paso más para el autoconocimiento, y saber que ese alguien que comparte contigo el momento te cree digno de conocerlo también, nervioso, que después de todo ambos se sienten libres, ambos rompen las ataduras del pudor en las calles, ahora pueden destrozarse a besos el cuerpo, ahora son libres de explorar eso que veían lejos cuando creían que el amor puro y bueno sólo se hallaba entre las cartas de amor, pequeños ósculos sobre la boca seca, y abrazos largos al despedirse. El erotismo se vuelve un movimiento de baile entorpecido, un mecanismo en el cual ambos son amateur y se encuentran ansiosos por descubrir puntos enérgicos entre ambos, un sentimiento que concluye en que no se conocen a sí mismos, que las hay formas infinitas del amor y fracasan en el intento de encontrar lo que el mundo dice a gritos que es una magnificencia, están frustrados, sus corazones laten desenfrenadamente pero siguen fracasando, sin embargo, al llegar la calma, el mundo parece diferente, la frustración de no llegar al objetivo no nubla el hecho de que son almas gemelas y el amor florece, son dos seres que aprender es de las cosas que más aman y acepan el hecho de que una teoría está basada en años de trabajo y observación, que a pesar de las millones de hipótesis planteadas siempre habrá resultados diferentes que tal vez, y sólo talvez, descubran en ello algo más que lo que buscaban, entonces claudican y terminan con lo que son expertos, mirarse fijamente. Esto querido lector, es un relato, y me dirá que el sexo no se piensa, tampoco el amor, pero soy de esas personas que escriben, y que tengo el vicio de contar y embellecer cada momento, cada instante nuevo; pero no lo piense, descúbralo usted mismo, no es una reflexión es un cuento erótico de dos personas totalmente nuevas y aburridas; sentimentales y amantes enteros del amor, la ciencia y el arte. Son exactamente lo que nadie quiere.