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jueves, 8 de junio de 2017

Las mujeres

Las mujeres

Leyendo una de las obras de Schopenhauer me colmé de rabia con cada oración, cada párrafo y cada hoja que a mis sentidos llegaban. Yo sé que su intención no es menospreciar a las mujeres ya que considero su época, pero aún conozco gente que lo hace, diciendo en corto que las mujeres somos el instrumento decorativo. 

Soy una mujer y no me creo mejor persona que nadie, incluso creo que eso es relativo. Sí, dentro de la especie las oportunidades son finitas, más la mejores y por ende nos hallamos en una competencia constante en la que luchamos por recursos. Lo malo del sistema es que los recursos no estás perfectamente distribuidos sino que unos tienen más que otros, a veces por trabajo y otros por mera suerte. Sin embargo este escrito no es una crítica a la mala administración del sistema, sino la perspectiva moderna de la mujer. 

En México se vive una situación curiosa, hay grandes movimientos de equidad de género y muchos exponentes de ello, sin embargo lo que a mi concierne y he observado es que las mujeres no desean tal equidad, sólo usan de este poder a su conveniencia, son pseudofeministas que imponen un ideal erróneo, pierden credibilidad cuando violentan a otras personas o cometen vandalismo. Y a pesar de todo, a pesar de su falso ideal son estériles ante la realidad, desafían a la población impidiendo que seres del otro sexo se entrometan. 

Ahora las mujeres tenemos innumerables beneficios, tenemos la libertad política de hacer todo a nuestra merced, podemos estudiar, hacer prácticamente lo que deseemos, es cuestión de proponérselo. Sin embargo, algo que las caracteriza es que la mayoría aún no conoce todo el potencial que posee, aún no se percata de cuantas cosas es capaz de hacer, y eso es gracias a la cultura y a la publicidad basura a la que somos bombardeadas, empero la publicidad per se no tiene la culpa, la verdadera y única razón por la que estamos sumergidas en ello es porque nosotras mismas lo consumimos. Las mujeres somos consumistas por naturaleza, está en nosotras las compras de cosméticos, ropa, zapatos, libros etc. Somos bombardeadas y sensibles a criticas, nos dejamos llevar por susurros ajenos, por eso consumimos, por el hecho de querer aparentar algo que realmente no queremos ser. Mírense a si mismas, y objetivamente todo lo malo que poseen es por criticas ficticias, porque no se cansan de comparar con otras mujeres, pero si quitásemos ese filtro mental, si fuésemos independientes del mundo, no imaginan cuanto potencial les espera, cuantas cosas buenas pueden llegar, no imaginan las cosas maravillosas que pueden hacer como cualquier ser humano. 

Conozco muchas mujeres, mujeres exitosas, bellas y maravillosas, pero el secreto de todas ellas, no es su vestimenta o su cabello perfecto, es porque conocen su potencial, y no necesitan esperar buenas o malas críticas, se dejan llevar por sus sueños y trabajan en comunión. Lo demás, curiosamente llega solo, la piel radiante, el cabello brillante, la figura, llega junto a tu forma de construirte para mejorar. 

El siglo XX nos ha hecho reflexionar de nuestra verdadera importancia, ahora nuestra existencia no es la perpetuación de las especie o solamente criar a buenas generaciones. Nuestro rol nuevo se encuentra en cada rincón del mundo. No somos el instrumento decorativo, somos una maquinaria completa y funcional tan capaz como el otro sexo, es cuestión de tomar la iniciativa y aprender, aprender del prójimo, de nosotras mismas, conocernos realmente y trabajar. Ninguna cosa buena llega gratis, siempre requiere de un esfuerzo. Y si, la sociedad opina exageradamente contra la mujer, pone limites y en ocasiones nos derrumba, pero ya lo dije, hay un sin fin de posibilidades para avanzar, siendo sociales o no, sólo estás derrotada cuando has decidido claudicar. 

Escrito anexo

Este escrito no esta hecho por el asunto de la marcha que se llevó a cabo el pasado viernes 5 de mayo, pero curiosamente leo un libro de Schopenhauer que habla sobre las mujeres. 

Podría opinar sobre esta cuestión de la violencia contra las mujeres y nuestra vulnerabilidad, pero no soy digna de ello. Soy una mujer que no se considera feminista, porque eso indicaría que he sido fiel al movimiento desde inicio a fin, por ende si me dijese feminista sería modernista por definición y no cumpliría con el termino. Y claro, sé que somos aún una población vulnerable, tan vulnerable que persiste la violencia contra la mujer, pero no es cuestión de nuestra capacidad de defendernos, es la educación primitiva de la sociedad en términos en los que aún somos "el instrumento decorativo".