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viernes, 23 de agosto de 2013

Un maldito loco entre cuerdos....

Todo era igual en aquel lugar, resaltaban los colores claros y las luces blancas, las personas se miraban unas a otras con desesperación, nerviosas por algo desconocido a mi mente, pero muy significativo para la suya, tal vez susurraban para ellos mismos, se mordían las uñas y movían sus piernas frecuentemente por el simple hecho de que estaban en espera de ese algo, fue entonces que grite de angustia “Odio a los malditos locos” sentía un enorme estrés, no podía seguir viendo aquellos movimientos corporales, no podía seguir pensando en una posibilidad de saber lo que susurraban, me sentía observado y perseguido, todos me miraron fijamente, dejaron de temblar, de susurrar, de morderse las uñas y mirar a todos lados, y pusieron su completa atención en mí, alguno de ellos se acercó y dijo “pero, todos estamos locos ¿Qué haces tú para no estarlo?” la pregunta redundaba en mi cabeza, y pensé en aquella primera vez que un loco osó en llamarme “loco”, no fue un día común puesto que fue el primer día de mi estancia en el lugar, quizá el más terrible del mundo, quizá … pero lo recuerdo bien, porque fue que lo pensé. 

-me llaman loco por creer en un mundo más allá que este? Pregunté, pero no respondió-¿me llamas tu loco, por creer en algo más allá del mismo cuerpo?- pero no respondió -¡Quizá me llamas loco por el hecho de pensar un poco?- levanté la voz pero siguió sin responder- Tal vez nos llaman locos a los que no siguen doctrinas simples ¡?- me miró pero no respondió –o simplemente soy un loco porque mi pensamiento depende de mí y no de lo que predique el estado o tu santa pero vana religión¡?- me miró pero tampoco respondió, solo se marchó pero su regreso fue más estruendoso, su cabeza de duplico, luego esas dos se duplicaron y me sostuvieron fuertemente de los brazos llamándome una y otra vez “loco”… El hombre loco sin respuestas solo dijo “Este fue tu destino por haber pensado tanto más allá de lo ya escrito” jamás lo olvidaré, mi mente ha olvidado hasta mi nombre pero no eso, no, jamás, como olvidarlo, soy un loco pensante y antes loco que un sumiso cuerdo. Y sí, soy un loco, como todos ellos, soy un loco que cree en la mortalidad, en la locura, los sueños, las ideas y en el bendito y loco amor, llámenme loco por escribir lo que pienso, llámenme loco por enloquecer con verdaderos locos, llámenme loco por enamorarme de las cosas intangibles, llámenme loco por creer en teorías, llámenme loco por ser un simple pero muy cuerdo loco.

domingo, 18 de agosto de 2013

Albert Einstein

Parece ser que la formación de mi educación esta guiada para un solo camino, cuando como ser humano que soy, con la capacidad que tengo, con la capacidad que nací... tengo la obligación de tener sed de saber y aceptar nuevas opiniones, nuevas acepciones de la vida, del amor, del mismo creador como algunos le llaman, podría guiarme por mi mismo objetivo como agnóstica que soy sin embargo tengo que abrir la mente y dejarme guiar tal vez en algún momento yo no este de acuerdo pero al menos se tiene que tener la decencia de criticar o abalar, y para esto es preciso antes conocer.

Este pequeño dialogo que he tomado, me hizo analizar desde lo más recóndito de mi criterio y fue cuando pensé en pedir opiniones de mis pocos pero muy apreciados lectores...

Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta.
-¿Dios creó todo lo que existe?
Un estudiante contestó valiente:
-Sí, lo hizo.
-¿Dios creó todo?
-Sí señor, respondió el joven.
El profesor contestó, -Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo. El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito.
Otro estudiante levantó su mano y dijo:
-¿Puedo hacer una pregunta, profesor?
-Por supuesto, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó:
-¿Profesor, existe el frío?
-¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?
El muchacho respondió: -De hecho, señor, el frío no existe.
Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.


-Y, ¿existe la oscuridad?, continuó el estudiante.
El profesor respondió:
-Por supuesto.
El estudiante contestó:
-Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe.
La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio terminado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.


Finalmente, el joven preguntó al profesor:
-Señor, ¿existe el mal?
El profesor respondió:
-Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.
A lo que el estudiante respondió:
-El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.







Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado


Albert Einstein: Diálogo




Albert Einstein (en alemán [ˈalbɐt ˈaɪnʃtaɪn]; Ulm, Imperio alemán, 14 de marzo de 1879 - Princeton, Estados

Unidos, 18 de abril de 1955)
Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Einstein