12 deseos
Mientras se contaban las 10 campanadas para las 12 el 31 de enero del 2021, surgió en mi un pensamiento. El pensamiento de que no tenía esperanzas, sueños o metas fijas para el año nuevo. No quería nuevos hábitos, ni nuevas experiencias sólo me centraba en mi supervivencia en el mundo y en el ahora. Y pensándolo mejor, por un lado es como si ya no me hiciera falta nada para seguir buscando y por otro lado, estoy estancada y me estoy conformando, lo cual es un poco triste a mi parecer. Creo que cualquiera de las dos me mantienen inquieta y dando vueltas. Porque si quiero algo para mi vida, además de simplemente sobrevivir, quiero sobresalir, tener encuentros con nuevas cosas y descubrirlas. Aprender, crecer, mejorar como persona conmigo, con mi entorno, con el mundo. Llegar a amarme a tal punto que me sienta digna de hacer de todo, creer en mi. Y quizá, conformarse es todo lo contrario y deba tomar riesgos de vez en cuando, pero es difícil hacerlo porque la incertidumbre es de los sentimientos menos deseables ¿y cómo saber el momento adecuado para tomar riesgos? Pues no hay certeza, pero en el camino que nos lleve, creo que al final, hay alguna ganancia. Sea el aprendizaje, la experiencia o el momento, hay algo que puede ser aprovechado y creo que esa es la clave para volver a tenernos fe para volver a tener sueños o metas.
