Que terrible sentimiento se encuentra en mi alma, si Dante tuviese en sus escritos la verdad absoluta, su infierno aguardaría por mi llegada... He mentido, he sido yo una maldita mentirosa y engañosa, he tenido el afán de engañarle con el pensamiento, el sentimiento, la razón, con el alma misma, ¿como pude llegarle a mentir a alguien acerca del amor?, eso es de idiotas, es la ignorancia en su forma más pura, pues el fingir el amor no es más que perder el tiempo y vanagloriar al susodicho amado. Y trae en consecuencia el hacer levitar expectativas de ensueño y luego dejarlas caer con la gravedad. El único consuelo que queda es que existe cierta probabilidad de que así como yo, el tampoco me ame. ¿Por que sucedió? Por que el amor no es voluble , el amor es siempre, es constante, y hay ocasiones en las que mi corazón no pretende más que alejarse de todo, despegarse del alma, del sentimiento mismo de idolatría que en algún momento él me hizo sentir. Todo empeora cuando te mientes a ti mismo, creí amarlo, lo juro, yo no imaginaba que llegaría a dejar de hacerlo, no imaginaba mi trayectoria con otro individuo, pero ahora ni lo imagino, no quiero compartir tiempo con él, estoy en un lapso donde el mundo me es indiferente, al igual que las personas, sin un sentido de atracción por alguien, creo que he perdido el sentido humano, o tal vez he madurado.
Le mentí, me engañé a mi misma; arrepentirse es lo de menos, queda aún vida para encontrar mi plenitud, tengo en ventaja mi juventud y mi habito por tener una filosofía de amar al mundo, por el conocimiento y mi extrema obsesión por encontrar lo desconocido.
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